lunes, 21 de julio de 2014

LA REALIDAD DEL SIGNO LINGUISTICO

El signo lingüístico es una realidad que puede ser percibida por el hombre mediante los sentidos y que remite a otra realidad que no está presente. Es una construcción social que funciona dentro de un sistema lingüístico y que pone un "elemento" en lugar de otro. Como sistema, tiene la capacidad de aplicarse a sí mismo y de explicar los demás sistemas de signos; pero es importante advertir que en la lingüística y en la semiótica la teoría define al objeto, y por lo tanto el signo es consecuencia de una perspectiva teórica.


El signo lingúístico fue abordado por dos autores diferentes, por un lado Ferdinand de Saussure y por el otro Charles S. Peirce, quienes a finales del siglo XIX desarrollaron sus estudios en los cuales abordaron un mismo fenómeno: el signo, pero desde diferentes perspectivas: Saussure utiliza una perspectiva lingüística, mientras que la de Peirce es lógico-pragmática. Y ambos sentaron las bases de lo que hoy se conoce como la "Teoría General de los Signos". Si se tiene en cuenta al signo desde la perspectiva del estudio de F. Saussure este establece un signo compuesto de dos caras biplánico: un significado, que es el concepto; y un significante, que es la imagen acústica. Desde el estudio que realiza C. Peirce, el signo en un compuesto
signo lingüistico para F. Saussure.
Ferdinand de Saussure se opone a que se considere al signo lingüístico como una entidad unitaria, que implique concebir a la lengua como una nomenclatura (es decir, una simple lista de términos que se corresponden con las cosas), suponiendo que las ideas son preexistentes a los signos. Él plantea que la unidad lingüística es una entidad biplánica compuesta por dos términos: un concepto y una imagen acústica. El concepto está archivado en la mente de los hablantes de la lengua y puede ser descrito como un haz de elementos mínimos de significado, de modo tal que el concepto “perro” se expresaría como el conjunto integrado por “animal”, “mamífero”, “canino”, “masculino”. En cambio, la imagen acústica no es el sonido (cosa netamente material), sino la huella psíquica que deja en nuestro cerebro. Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman entre sí. Luego Saussure reemplazó concepto e imagen acústica por significado y significante respectivamente. 1
Para Saussure el signo lingüístico posee dos características principales:
  • La arbitrariedad del signo lingüístico: hace referencia a que el signo es arbitrario en el sentido que la unión entre el significado y el significante es inmotivada, es decir, puramente convencional. Arbitrario con relación al significado, ya que el enlace que une el significado con el significante es inmotivado; es decir que el significado puede estar asociado a cualquier nombre y que por lo tanto no existe un nexo natural entre ellos. Por ejemplo, en los sinónimos (varios significantes y un solo significado), las lenguas (español: tiza, inglés: chalk), incluso en las onomatopeyas (español: quiquiriquí, francés: coquerico) y las exclamaciones (español:¡ay!, alemán:¡a!).
  • Carácter lineal del significante: Los elementos del significante lingüístico se presentan uno tras otro formando una cadena ya que el significante se desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma de éste. 2 El signo es lineal porque el significante se desenvuelve sucesivamente en el tiempo, es decir, no pueden ser pronunciados en forma simultánea, sino uno después del otro, en unidades sucesivas que se producen linealmente en el tiempo. Por ejemplo, ¡a-c-a-b-o-d-e-ll-e-g-a-r!.
Por otra parte Saussure hace referencia al concepto de “Mutabilidad e Inmutabilidad del Signo”.3 Lo que Saussure intenta diferenciar, por un lado, es que la Inmutabilidad se refiere a que un significante es elegido libremente con relación a la idea que representa pero impuesto con relación a la comunidad lingüística que lo usa. Por el otro, se refiere a la Mutabilidad del signo, es decir, a un cambio o alteración del mismo ya que éste se continúa en el tiempo, la cual siempre conduce a un desplazamiento de la relación entre el significado y el significante.



gracias espero que haya sido para el agrado de  cada uno de ustedes :


jueves, 17 de julio de 2014

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EL ANÁLISIS SEGÚN FERDINAD DE SAUSSURE

 Ahora, tal como adelanta el título de este artículo, la idea es retomar la temática desde el plano de la lingüística. Dice la teoría que un signo lingüístico es aquel componente ínfimo de cada oración que combina y une al significante con el significado. Se trata de algo real que alude a otra realidad no presente en la idea y que el ser humano puede percibir con sus sentidos.








Estas construcciones fueron analizadas a lo largo de la Historia por diferentes especialistas. Uno de ellos fue rFerdinand de Sussue,a un experto suizo para quien cada signo lingüístico se caracteriza por su arbitrariedad y por tener un perfil lineal. Su colega norteamericano Charles Sanders Peirce, indicó por su parte que los signos poseen tres componentes: un representámen, un interpretante y un objeto. A partir de esta consideración, él estableció tres categorías basadas en cómo se presenta el signo a sí mismo, cómo se vincula a su objeto y la manera de relacionarse con su interpretante.
Peirce, entonces, dividió a los signos lingüísticos en índices (se trata de elementos próximos o cercanos al objeto que representan, como sucede con los síntomas de una patología física), íconos (aquellos con similitudes al objeto que representan por imitar algo concreto pero sin llegar a corporizarse, tal como ocurre con un trabajo pictórico) y en símbolos (aquellos que, por conveniencia, relacionan el objeto con el signo, como ocurre con las banderas, los números y las imágenes religiosas)




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El signo según Ferdinand de Saussure




Significante y significado


Saussure, en su definición de signo, reemplazará el vocablo nombre, utilizada en la conceptualización de nomenclatura, por imagen acústica esto es, la imagen mental de un nombre, que le permite al hablante decirlo, y luego reemplazará a la cosa por el concepto. Es otras palabras, en su definición, une dos entidades que pertenecen al lenguaje eliminando el plano de la realidad de los objetos, esto es, los referentes sobre los cuales se emplea el lenguaje. Porque si tanto el significado como el significante son entidades mentales, es evidente que su marco teórico propone una ruptura entre el plano lingüístico y el plano del mundo externo a la mente.
Finalmente, esta definición de signo lingüístico se completará cuando le da el nombre de significante a la imagen acústica y significado al concepto mental con el que se corresponde dicha imagen acústica.


La definición de semiótica de Saussure.

Según Saussure “la lengua es un sistema de signos que expresan ideas y, por esa razón, es comparable con la escritura, el alfabeto de los sordomudos, los ritos simbólicos, las formas de cortesía, las señales militares, etc. Simplemente es el más importante de dichos sistemas. Así, pues, podemos concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el marco de la vida social; podría formar parte de la psicología social y, por consiguiente, de la psicología general; nosotros vamos a llamarla semiología (del griego σ η μ ε ι ο ν, “signo”). Podría decirnos en qué consisten los signos, qué leyes los regulan. Como todavía no existe, no podemos decir cómo será; no obstante, tiene derecho a existir y su lugar está determinado desde el punto de partida”. La definición de Saussure es muy importante y ha servido para desarrollar una conciencia semiótica. Su definición de signo como entidad de dos caras (significante y significado) ha anticipado y determinado todas las definiciones posteriores de la función semiótica. Y en la medida en que la relación entre significante y significado se establece sobre la base de un sistema de reglas (la lengua), la semiología saussureana puede parecer una semiología rigurosa de la significación.

(Curso de lingüística general, -Título original: Cours de linguistique générale - , Editorial Losada, Buenos Aires, 1970, p. 60. Citado por Umberto Eco. Tratado de semiótica general. Editoriales Nueva Imagen y Lumen. Traducción de Carlos Manzano. Título original: A theory uf semiotics. México, 1978, pp. 43 y 45).